Cáncer de mama y embarazo

El cáncer de mama asociado al embarazo es el que se diagnostica durante el embarazo o en el año siguiente al parto.

Las pacientes embarazadas con cáncer de mama tienen una exploración similar a las que no están embarazadas.

Es necesario consultar con su médico ante toda masa mamaria que persista más de dos semanas

Diagnóstico:

En el embarazo, las mamografías deben realizarse con protección abdominal y su realización no se asocia a ningún aumento de malformaciones ni retraso del crecimiento, fetales.

La Ecografía es la prueba diagnóstica más utilizada en las gestantes.

Toda masa sospechosa debe siempre confirmarse con una biopsia.

Estadio:

La Rx de tórax (con protección abdominal), la ecografía y la Resonancia (no potenciada con gadolinio) son seguras durante la gestación. No se recomiendan la Gammagrafía ósea, ni el TAC.

Tratamiento:

La cirugía mamaria puede realizarse con seguridad durante cualquier trimestre del embarazo, aunque muchas pacientes y cirujanos optan por esperar al 2º trimestre (el riesgo de aborto espontáneo es más bajo).

Aunque la mayoría de las veces se opta por realizar una mastectomía (ante el miedo de los efectos de la radioterapia sobre el feto), la cirugía conservadora de la mama también es una posibilidad sobre todo en mujeres en el tercer trimestre de la gestación, que puedan recibir radioterapia después del parto.

Las investigaciones realizadas indican que puede realizarse biopsia selectiva de ganglio centinela con isótopo radiactivo durante el embarazo.

Si la paciente cumple criterios de administración de radioterapia, actualmente, se recomienda hacerlo solo después del parto.

No se debe administrar quimioterapia durante el primer trimestre (se asocia a un mayor riesgo de malformaciones fetales). En el 2º y tercer trimestre es mucho más segura y se puede administrar.

Tampoco se recomienda, actualmente el uso de agentes biológicos.

En caso de estar indicada, la hormonoterapia, debe de administrarse después del parto.

Seguimiento del embarazo:

Estas pacientes deben de ser seguidas en unidades obstétricas de riesgo, por un equipo multidisciplinar, que incluya obstetra, cirujano mamario, oncólogo y demás especialistas implicados. Se deben programar las visitas coordinadas, así como la finalización de la gestación.

Lactancia materna:

Debe evitarse la lactancia materna (muchos quimioterápicos se excretan por la leche materna) durante la administración de quimioterapia, tratamientos biológicos, hormonales o radioterapia.

Pronóstico:

El pronóstico, aparentemente peor, en las embarazadas con cáncer de mama, puede deberse a retrasos en el diagnóstico e inicio de tratamiento o a su avanzado estado en el momento de la presentación.

Consideraciones sobre la interrupción del embarazo:

Esta opción es muy personal y debe ser tomada conjuntamente por la mujer, plenamente informada y su médico.

Los datos que han ido apareciendo sobre la interrupción del embarazo, muestran que la interrupción precoz de la gestación no mejora el desenlace clínico del cáncer de mama asociado al embarazo.

Aspectos éticos del tratamiento del cáncer de mama durante el embarazo:

Es necesario que, mientras no haya más datos, las decisiones asistenciales se basen en el consentimiento informado. El médico debe dar una explicación clara de las opciones, los datos disponibles y medidas que se adoptarán durante la gestación. Se debe informar a la paciente que se puede interrumpir el tratamiento si cambia su estado o el del feto. Así como proporcionarle todo el apoyo y el respecto en las decisiones que tome sobre si misma o sobre su feto no nacido.

Complicaciones a corto y largo plazo en los hijos:

Según la mayor serie de datos prospectivos publicada sobre cáncer de mama y embarazo y fetos expuestos a quimioterapia intrautero, la gran mayoría de recién nacidos no presentó complicaciones neonatales significativas y era similar a la población general de neonatos.

Futuros embarazos después del tratamiento de un cáncer de mama:

La gran mayoría de los estudios concluyen que las mujeres que quedan embarazadas después de tratarse de un cáncer de mama no tienen peor pronóstico que las que no se quedan embarazadas. Incluso, según algunos estudios, el nuevo embarazo parece tener un efecto protector sobre la recurrencia del cáncer de mama.

Ilustración: David Jay

Es cierto que pueden tener una mayor dificultad en quedarse embarazadas, debido al grado de afectación ovárica secundario a la quimioterapia. (Existen técnicas de fertilidad que se pueden valorar antes del inicio del tratamiento del cáncer como son la criopreservación de ovocitos o tejido ovárico).

También se aconseja no quedar embarazada mientras se reciben tratamientos hormonales o agentes biológicos.

Se debe esperar un tiempo, entre dos o tres años, antes de plantearse un nuevo embarazo; ya que las recidivas suelen producirse en ese periodo de tiempo y un nuevo embarazo puede interferir en el tratamiento de las mismas.