Después del cáncer

¿Por qué al finalizar los tratamientos algunas pacientes comienzan a sentirse desanimadas ?

La experiencia de cada mujer al finalizar los tratamientos es diferente. No hay una manera correcta e incorrecta de sentirse. Va a depender de la personalidad, circunstancias personales, tipo de cáncer y el tratamientos que haya recibido.

Algunas personas se sienten preparadas para reanudar fácilmente su vida a pesar de la experiencia la cual cargan a sus espaldas. Otras pacientes afrontan la vida con energía renovada contentas por haber sobrevivido al cáncer.

Pero a otras mujeres, el impacto emocional de la experiencia les llega cuando todo ha terminado. En ese momento pueden llegar a experimentar ansiedad y depresión. Es una respuesta natural. El diagnóstico y el tratamiento lo pasan centrándose en estar lo mejor posible con el apoyo de sus seres queridos y el equipo. Es después, cuando tienen tiempo de pensar en lo que ha pasado cuando van a sentir los efectos.

Es frecuente que pueda sentirse asustada y vulnerable, triste o enfadada por lo que le ha pasado. O sentirse perdida al finalizar el tratamiento porque ya no está recibiendo el apoyo del equipo que la atendió. Otras veces, a pesar de que la familia y amigos que la han cuidado y son maravillosos, usted puede sentir que no entienden por lo que ha pasado.

También se puede sentir miedo de ser feliz por si el cáncer regresa y tiene que pasar de nuevo por la experiencia.

No debe sentirse culpable por tener estos sentimientos aunque su familia y amigos esperen que se sienta feliz una vez finalizados los tratamientos. En estos casos hablar puede ayudarla, ya que el no hablar para no disgustarlos puede hacer que se sienta aislada. Si no le gusta hablar de sus sentimientos o le resulta difícil, puede encontrar otro modo de expresarse a través de la música, el arte u otras actividades, el ejercicio, o lo que funcione mejor para usted.

Por otro lado, los cambios físicos que pueden producirse como la pérdida o ganancia de peso, cicatrices o pérdida de la mama puede tener impacto en cómo se siente. Su autoestima puede verse alterada y esto puede afectar a su confianza en sus relaciones personales, a nivel profesional y social.

La fatiga es otro aspecto físico a tener en cuenta en estos momentos. Puede ser de larga duración y en algunos casos es necesario escuchar al cuerpo y darse tiempo. Si se encuentra cansada para reanudar alguna tarea será necesario que baje el ritmo y reducir la cantidad de actividades que hace. Puede hacer una planificación diaria dando prioridad a las cosas más importantes que quiere hacer.

La actividad física puede ayudar a reducir la fatiga, siempre que se realice de manera correcta. Es necesario comenzar con actividad física leve e ir aumentando gradualmente con el tiempo. No debe hacer más de lo que se siente capaz de hacer.

Puede hablar y pedir apoyo al equipo de la Unidad , podemos orientarla sobre dónde obtener más información y asistencia. Puede solicitar en cualquier momento que considere necesario una cita con el psicólogo de la Unidad e información sobre asociaciones de mujeres.

CONSEJOS ÚTILES PARA HACER FRENTE A LAS SECUELAS FÍSICAS Y EMOCIONALES:

  • Reconocer lo que ha pasado y lo bien que lo ha hecho

  • No ser exigente y dura consigo misma

  • Darse permiso para llorar por lo que ha perdido, o si lo considera oportuno, busque a alguien con quien hablar acerca de esto

  • No evitar el tema, todos evitamos hacer las cosas que nos resultan difíciles

  • Marcar un objetivo, algo que quiera hacer

  • Mejorar su autoestima centrándose en sus logros y dedicar tiempo a evaluar las cosas buenas que ha hecho y que todavía le quedan por hacer

  • Aprender a confiar de nuevo en su cuerpo aprendiendo las nuevas señales que emite y darse tiempo

  • Hacer un poco de ejercicio, cuando se sienta preparada. El ejercicio regular puede ayudar a combatir el bajo estado de ánimo y a sentirse más fuerte físicamente

  • Si está preocupada hable con el equipo acerca de esto