Consiste en la extirpación completa del tumor con tejido mamario sano alrededor del mismo, siendo en los casos en que el tumor es pequeño (junto con la biopsia selectiva del ganglio centinela), uno de los primeros procedimientos quirúrgicos que hay que hacer.

Absolutamente. Existe desde hace más de 20 años estudios internacionales que avalan firmemente esta evidencia, que hace que la cirugía conservadora en los tumores pequeños (menores de tres centímetros), sea la técnica de elección.

Es lo aconsejable tanto para los tumores infiltrantes (invasores) como los carcinomas “In situ” (no invasores). ¿Por qué es así?, porque se ha visto que sino se aplica aumenta el fracaso del control local de la enfermedad tumoral (aumento de la recidiva del tumor). Aún así, habría casos especiales en los que se podría evitar, siempre y cuando, la decisión estuviera consensuada por un equipo de expertos. En definitiva, la cirugía conservadora con la radioterapia es igual de resolutiva que la mastectomía.

Este es uno de los puntos de discordia en el que los expertos a nivel internacional todavía no se han puesto de acuerdo. Como norma general, y sin entrar en detalles, lo idóneo es que la distancia entre el borde del tumor en relación con el tejido sano sea lo más alejada posible, porque cuanto mayor sea la distancia menor será la posibilidad de recidiva local. Nunca se debe admitir que haya contacto macroscópico con el tumor. Por el contrario es mejor que los márgenes quirúrgicos sean microscópicamente libres y lo más alejados del mismo. El empeño del cirujano por conseguirlo, es lo que hace que tenga que decirles a la paciente y a la familia, que tiene que ir al quirófano a ampliar los bordes.

En absoluto. La razón es bien sencilla, la cuestión está en que un cierto tipo de tumores tienen la peculiaridad de crecer como diversos focos simultáneos en una misma mama o bien bilateralmente (las dos mamas), esta circunstancia es imperceptible al ojo humano e impredecible muchas veces para la actual radiología pero si por el médico patólogo. Así pues, es en el estudio diferido de la pieza (días después), cuando la paciente acude a la consulta, cuando el médico tiene que comentarle sobre la necesidad de ampliar los bordes con otra cirugía. Por tanto, este es un fenómeno local de la enfermedad no implicando un potencial maligno mayor que en otros casos.

Consiste en la extirpación de un tumor maligno mamario aplicando criterios tradicionalmente usados en la cirugía de reducción mamaria en los procedimientos cosméticos. Se indica en los casos en que por el tamaño del tumor, localización, multifocalidad en relación con el tamaño/volumen de la mama, resultan los más idóneos. También hay otros beneficios como son la mejora de resultados en la eficacia del tratamiento radioterápico y la cosmética de las mamas, lo que redunda en la mejora de la salud física y mental de la mujer.

Normalmente, cuando se le dice a la paciente sobre la conveniencia de operar la otra mama, se pone énfasis en que se realizará siempre en un contexto estrictamente oncológico, es decir, con el afán de resolver quirúrgicamente el cáncer y que nunca será un procedimiento con fines estéticos. La reducción de la mama sana supone solamente una mejora en la comodidad de la paciente, con el fin de ofrecerle la oportunidad de igualar el volumen mamario. Sin embargo, esta simetría podría no conseguirse inmediatamente o bien perderse a lo largo del tiempo porque la paciente aumenta de peso, por el efecto de la radioterapia o los tratamientos hormonales.

Las intervenciones con criterios de Oncoplastia son básicamente más complejas porque hay que utilizar colgajos mamarios para remodelar la nueva mama, utilizándose también suturas muy finas intradérmicas. Es conveniente operar a la vez con dos equipos de cirujanos, porque mientras que uno opera la mama enferma, el otro opera la sana, de esta manera, se acorta mucho la estancia en el quirófano. Pero sí, la cirugía es más compleja que la tumorectomía clásica.

Usualmente no. Salvo complicaciones, la paciente se marcha a su domicilio en un plazo de 24-48 horas.

En efecto, es razonable que así sea porque durante los primeros años a pesar de la eficacia contrastada de los tratamientos conservadores, en un porcentaje pequeño de pacientes bien sea por la idiosincrasia del tumor puede haber recidivas locales. Además también hay que controlar las mamas no afectadas por si apareciera un tumor en la mama opuesta.

Cuando el tumor no es palpable, el cirujano tiene que auxiliarse de diversos sistemas de localización del tumor antes de ir con la paciente al quirófano, en los que tanto la radiología (guías metálicas: “arpones”; ecografía) y la medicina nuclear (radioisótopos), además de otros procedimientos, tienen un papel importante.

Prácticamente son las mismas, “grosso modo”, que en cualquier otra cirugía de partes blandas, o digamos visibles, que se practican usualmente en la anatomía humana, a saber: hemorragias inmediatas o posteriores a la cirugía como son los hematomas: acúmulos de sangre en el interior de la herida quirúrgica; o a veces días después, como son los seromas: retención de líquido en la cavidad de la herida después de haberse retirado el drenaje y  que no hay que confundir con las infecciones postquirúrgicas que también suelen suceder. Se suelen emplear antibióticos profilácticos que se aplican en el ingreso. Con las cirugías oncoplásticas mamarias pueden darse otras más específicas tales como las dehiscencias (separación de las heridas) o pérdida de la areola y el pezón. También se ha de mencionar el dolor crónico mamario que puede provocar inquietud y malestar locorregional no sólo en la mama sino también en áreas vecinas. Hay que evitar una complicación, que aun cuando no es propia de la cirugía mamaria, si pudiera ocurrir igualmente, se citan los tromboembolismos, por esta razón se prescriben rutinariamente cuando ingresan las pacientes, medias de compresión en las piernas y fármacos antitrombóticos antes, durante y después en su domicilio.

Se recomienda la quimioterapia antes de la cirugía cuando los tumores vienen a la consulta del médico con un tamaño grande o localmente son agresivos, a veces es necesaria también cuando buscando conseguir una conservación de la mama, aunque el tumor no sea muy grande pero siendo la mama pequeña se intenta una reducción del tumor. Si bien es cierto que no siempre es así de sencillo, este cambio de prioridad en el tratamiento es muy útil de cara a la cirugía.